jueves, 4 de junio de 2020
Sandino
Augusto Nicolás Calderón Sandino, nació el 18 de mayo de 1895 en el poblado de Niquinohomo,anteriormente conocido como “La Victoria” como a las 11 de la mañana jurisdicción actualmente del departamento de Masaya.
domingo, 24 de marzo de 2019
Proceso para obtener Paralelos y Meridianos
Los procedimientos para estos cálculos están dados por la Cartografía y la Trigonométrica esférica, a partir de esto no dimos a la tarea de investigar el proceso de ubicación de paralelos y meridianos en el mapa de Nicaragua.
En el desarrollo de los elementos matemáticos propios de esta investigación, señalamos el procedimiento siguiente:
1) Obtenemos la Escala del mapa con el cual estamos trabajando; siendo la fórmula la siguiente:
E= Distancia real
Distancia en el mapa o producto cartográfico
E= 450 kms
15 cms
E= 450 kms
(15 cms/100,000 cms)
Dividimos entre 100,000 cms que equivale a 1 km, porque necesitamos igualar numerador y denominador para que sean divisibles entre si.
E= 450 kms
0.00015 kms.
E= 3,000,000 kms
100,000 cms
E= 30 kms por lo tanto 1cmm ~ 30 kms de la realidad.
Para la obtención de los datos de los Paralelos, tomamos en consideración la fórmula siguiente:
1º de Paralelo equivale a 111.321 kms en el Ecuador, de acuerdo a la trigonometria esférica, asi lo recogen diversos autores al respecto entre ellos Raisz en su libro sobre Cartografía General pàgs 60 y ss.
P= 110.569 kms * cos 15º
30 kms
P= 110.569 kms * 0.965925
30 kms
P= 106.801 kms
30 kms
P= 3,56 kms
M= 111.322 kms
30 kms
M= 3,7 kms
Espero sus comentarios, gracias.
Bibliografia
Espero sus comentarios, gracias.
Bibliografía
Geografia General
Armando Aguilar Rodriguez
Raisz E (2005). Cartografia General (J. M. Mantero. Trad.) Barcelona, España, Omega.
lunes, 13 de agosto de 2018
El uso de google classroom en ciencias sociales
Es cada vez necesario la integración de las tics en las ciencias sociales, como fruto de la experiencia didáctica del docente de la materia.
Evidentemente nuestros discentes aprenden de forma autónoma a través de las redes sociales, por lo tanto su uso debe estar dispuestos en nuestras aulas de clases de forma evidente y eficiente en la construcción del conocimiento.
https://classroom.google.com/u/0/c/MTg2NzE4NjU2ODNa?hl=es
jueves, 1 de junio de 2017
Africa en Amèrica
http://www.revistaenigmas.com/secciones/grandes-reportajes/cuando-africanos-descubrieron-america
Cuando los africanos descubrieron América
Miércoles 24 de Mayo, 2017
Varios pueblos pujan por destronar a Colón como descubridor de América: Fenicios, Vikingos, Chinos… Pero se suele obviar a los Africanos. ¿Partieron de África Occidental pueblos que llegaron al Nuevo Mundo antes que castellanos y portugueses? ¿Quiénes eran? Por Carlos Font Gavira.
África ha sugerido en la mente occidental la aventura descarnada y el peligro exótico. Desde la Antigüedad el continente misterioso aparecía en los mapas como una masa inacabada; bien perfiladas las trazas de sus costas pero mudo en su interior. ¿Qué se oculta tierra adentro? A pesar del cambio de mentalidad la historia de África sigue siendo, en parte, desconocida. Mientras en la Edad Media el mapa de Europa estaba atomizado en un infinidad de reinos, condados y ducados, el interior de África albergaba poderosos imperios.
En el África Occidental surgió uno de los imperios más fastuosos del Medievo: el de Mali. Como todo gran imperio, su nacimiento raya en lo mitológico con las gestas de Sundiata Keita. Los jefes tribales le otorgaron el título de mansa –soberano supremo–, naciendo el imperio de Mali que era un conglomerado de reinos dependientes y vasallos que, en el momento de máxima expansión –segunda mitad del siglo XIV–, abarcaba desde las costas del Atlántico hasta el curso medio del Níger, pasando por la Alta Gambia. La importancia que tuvo el imperio de Mali reside en su riqueza. Una serie de rutas comerciales transaharianas hacían que afluyera a ciudades tan míticas como Tombuctú cantidades ingentes de marfil, nueces de cola, cueros, sal y, sobre todo, oro.
Los árabes del Norte de África cruzaban el desierto del Sáhara para obtener el oro de Malí, que utilizaban los imperios islámicos para acuñar moneda que usarían en el Mediterráneo. No exageramos si afirmamos que, antes del Descubrimiento de América, fue el oro africano el que mantuvo vivo el sistema monetario internacional. Fue tal la fama de la riqueza aurífera de Malí que en el Atlas Catalán de Abraham Cresques (1375) aparece representado un rey negro con corona y cetro portando una gran pepita de oro. El soberano es Mansa Musa, célebre por la ostentosa peregrinación a La Meca que realizó en 1314. Unos 60.000 súbditos acompañaron al emperador, transportando unos 2.000 kilogramos de oro en barra y en polvo. En este desfile de riquezas fabulosas no podía faltar una buena historia como la que le relató el Mansa Musa al historiador árabe Al-Umari, en El Cairo.
El soberano maliense relató que “el gobernante que me precedió no creyó que era imposible descubrir los límites del mar circunvecino. Tenía alrededor de 200 naves equipadas y las llenó de hombres, y el mismo número llenas de oro, agua y suministros en cantidades suficientes para años. Él les dijo a los comandantes que sólo regresaran cuando hubiera alcanzado los extremos del océano o hubieran agotado comida y agua. Reapareció un solo barco y le preguntamos a su capitán acerca de su aventura”. El testimonio de Al-Umari encierra una historia que, de ser cierta, abriría unas hipótesis históricas de gran calibre. El mansa que precedió a Musa fue Abubakari II. Personaje enigmático, perdura el recuerdo de su aventura marítima. Abubakari II no se sintió saciado con la infructuosa expedición que mandó a cruzar el océano. El único superviviente fue interrogado por el mansa para conocer los vericuetos del viaje. Siguiendo a al-Umari, “él les dijo cómo fue que finalmente entraron en algo semejante a un río con violentas corrientes. Él era el último de la fila y vio cómo las otras naves desaparecían. Él regreso para contar su historia”. El mansa organizó una segunda expedición de 2.000 embarcaciones, traspasó el poder a Mansa Musa y “partió con su compañero y los demás al océano. Esa fue la última vez que lo vi a él y a los otros...”, relata el historiador árabe.
Abubakari nunca regresó.
Este texto puede parecer irreal, pero constituye una fuente histórica. Un relato que siembra varias preguntas: ¿por qué fracasó la primera expedición?, ¿llegó Abubakari II a alguna tierra desconocida? Algunos investigadores, como Ivan Van Sertina, utilizaron el relato como la base para construir la teoría de un descubrimiento africano de América. En su obra Los que llegaron antes que Colón: la presencia africana en la antigua América (1975), defiende la llegada africana antes que Colón y su influencia en los indios americanos que explicaría, por ejemplo, el conocimiento indo-caribeño del oro. Las fuentes disponibles son pocas, el ya citado Al-Umari y las fuentes orales, en concreto los griots, narradores del África Occidental similar a los trovadores europeos.
Después de la desaparición del mansa parece que se instaló una especie de tabú para no comentar la fallida expedición por culpa de una expedición marítima no muy
justificable. Si tomamos como fiables las fuentes y tal expedición existió es inevitable pensar cómo era la flota que se internó en el Atlántico pues no consta la existencia de una tradición naval oceánica en esa parte de África. El sociólogo senegalés Pathé Diagne argumenta que existía una tradición de navegación en el oeste africano heredera de los lebus de Senegambia. Observando las actuales embarcaciones que navegan el río Níger se duda que pudieran atravesar el Atlántico. El relato de al-Umari no se explaya en el tipo de embarcaciones que emprendieron la aventura.
Es cierto que una flota de piraguas –algunas de veinte metros de largo– y colocadas en forma doble, como hacían los polinesios, podría haberlo intentado. Las expediciones de Thor Heyerdahl inyectaron un ascendente muy fuerte para apoyar este tipo de razonamiento. En el primer viaje volvió una embarcación que dio pábulo para organizar una segunda que prosperase donde fracasó la primera. Nos faltan datos para reconstruir la capacidad naval del Imperio de Malí.
En este aspecto la aventura colombina puede ser muy bien recreada pues conocemos los barcos sus dimensiones y hasta la dieta de la tripulación.
En el África Occidental surgió uno de los imperios más fastuosos del Medievo: el de Mali. Como todo gran imperio, su nacimiento raya en lo mitológico con las gestas de Sundiata Keita. Los jefes tribales le otorgaron el título de mansa –soberano supremo–, naciendo el imperio de Mali que era un conglomerado de reinos dependientes y vasallos que, en el momento de máxima expansión –segunda mitad del siglo XIV–, abarcaba desde las costas del Atlántico hasta el curso medio del Níger, pasando por la Alta Gambia. La importancia que tuvo el imperio de Mali reside en su riqueza. Una serie de rutas comerciales transaharianas hacían que afluyera a ciudades tan míticas como Tombuctú cantidades ingentes de marfil, nueces de cola, cueros, sal y, sobre todo, oro.
Los árabes del Norte de África cruzaban el desierto del Sáhara para obtener el oro de Malí, que utilizaban los imperios islámicos para acuñar moneda que usarían en el Mediterráneo. No exageramos si afirmamos que, antes del Descubrimiento de América, fue el oro africano el que mantuvo vivo el sistema monetario internacional. Fue tal la fama de la riqueza aurífera de Malí que en el Atlas Catalán de Abraham Cresques (1375) aparece representado un rey negro con corona y cetro portando una gran pepita de oro. El soberano es Mansa Musa, célebre por la ostentosa peregrinación a La Meca que realizó en 1314. Unos 60.000 súbditos acompañaron al emperador, transportando unos 2.000 kilogramos de oro en barra y en polvo. En este desfile de riquezas fabulosas no podía faltar una buena historia como la que le relató el Mansa Musa al historiador árabe Al-Umari, en El Cairo.
El soberano maliense relató que “el gobernante que me precedió no creyó que era imposible descubrir los límites del mar circunvecino. Tenía alrededor de 200 naves equipadas y las llenó de hombres, y el mismo número llenas de oro, agua y suministros en cantidades suficientes para años. Él les dijo a los comandantes que sólo regresaran cuando hubiera alcanzado los extremos del océano o hubieran agotado comida y agua. Reapareció un solo barco y le preguntamos a su capitán acerca de su aventura”. El testimonio de Al-Umari encierra una historia que, de ser cierta, abriría unas hipótesis históricas de gran calibre. El mansa que precedió a Musa fue Abubakari II. Personaje enigmático, perdura el recuerdo de su aventura marítima. Abubakari II no se sintió saciado con la infructuosa expedición que mandó a cruzar el océano. El único superviviente fue interrogado por el mansa para conocer los vericuetos del viaje. Siguiendo a al-Umari, “él les dijo cómo fue que finalmente entraron en algo semejante a un río con violentas corrientes. Él era el último de la fila y vio cómo las otras naves desaparecían. Él regreso para contar su historia”. El mansa organizó una segunda expedición de 2.000 embarcaciones, traspasó el poder a Mansa Musa y “partió con su compañero y los demás al océano. Esa fue la última vez que lo vi a él y a los otros...”, relata el historiador árabe.
Abubakari nunca regresó.
Este texto puede parecer irreal, pero constituye una fuente histórica. Un relato que siembra varias preguntas: ¿por qué fracasó la primera expedición?, ¿llegó Abubakari II a alguna tierra desconocida? Algunos investigadores, como Ivan Van Sertina, utilizaron el relato como la base para construir la teoría de un descubrimiento africano de América. En su obra Los que llegaron antes que Colón: la presencia africana en la antigua América (1975), defiende la llegada africana antes que Colón y su influencia en los indios americanos que explicaría, por ejemplo, el conocimiento indo-caribeño del oro. Las fuentes disponibles son pocas, el ya citado Al-Umari y las fuentes orales, en concreto los griots, narradores del África Occidental similar a los trovadores europeos.
Después de la desaparición del mansa parece que se instaló una especie de tabú para no comentar la fallida expedición por culpa de una expedición marítima no muy
justificable. Si tomamos como fiables las fuentes y tal expedición existió es inevitable pensar cómo era la flota que se internó en el Atlántico pues no consta la existencia de una tradición naval oceánica en esa parte de África. El sociólogo senegalés Pathé Diagne argumenta que existía una tradición de navegación en el oeste africano heredera de los lebus de Senegambia. Observando las actuales embarcaciones que navegan el río Níger se duda que pudieran atravesar el Atlántico. El relato de al-Umari no se explaya en el tipo de embarcaciones que emprendieron la aventura.
Es cierto que una flota de piraguas –algunas de veinte metros de largo– y colocadas en forma doble, como hacían los polinesios, podría haberlo intentado. Las expediciones de Thor Heyerdahl inyectaron un ascendente muy fuerte para apoyar este tipo de razonamiento. En el primer viaje volvió una embarcación que dio pábulo para organizar una segunda que prosperase donde fracasó la primera. Nos faltan datos para reconstruir la capacidad naval del Imperio de Malí.
En este aspecto la aventura colombina puede ser muy bien recreada pues conocemos los barcos sus dimensiones y hasta la dieta de la tripulación.
El Islam en Amèrica
Islam en América antes de Cristóbal Colón
Por: Hisham ZoubeirTraducción por Néstor Pedraza. Antes de comenzar este artículo, quisiera extender mis agradecimientos a los creadores de la Internet. Fue allí donde realicé mi investigación sobre el tema que sigue, y es a las personas que escribieron los diferentes artículos y referencias sobre el mismo que deben ir los créditos de este trabajo. Yo sólo recopilé la información para beneficio de quienes lean esto ahora.
La historia alrededor de los seguidores de nuestra fe orgullosa tiene dos caras, la real y la falsa. Las mentiras que rodean nuestra historia se han extendido a todos los rincones del globo, como que fuimos y somos bárbaros, no mejores que animales. La verdad es que aunque hay algunas partes de la historia que muestran que algunos de nuestros seguidores fueron despiadados y brutales (como en el Imperio Otomano), esto no es algo diferente a toda nación y país en el mundo. Y tenemos muchas más cosas dignas de mencionar.
Antes que occidente se declarara a sí mismo el dueño de la ciencia en la tierra, antes de su propio Renacimiento, los Musulmanes ya estaban haciendo descubrimientos científicos que le tomaron a occidente cientos de años para siquiera comenzar a imaginarlos. És una pena que la gente en Éuropa estuviera siendo perseguida por la Iglesia por suponer que la tierra era redonda, ellos debieron venir al mundo Islámico —¡un Musulmán afgano había probado tal cosa en 793 d.C.!
Sin embargo, el estudio del universo generó más inquietudes y más curiosidad. Los Musulmanes en África occidental estaban tan intrigados sobre lo que habría del otro lado del Gran Mar, que comenzaron a realizar expediciones hacia lo desconocido. Los primeros reportes de tales viajes son incompletos, pero podemos estar seguros que ellos cruzaron el Atlántico hacia 889 d.C.
Éso fue 603 años antes de Colón. Y eso sin contar con la evidencia física actual en los Éstados Ünidos, que se remonta a más lejos. Sin embargo, debemos saber, como señaló De Lacy O’Leary, que los Musulmanes tenían definitivamente el conocimiento científico y las habilidades para realizar viajes a través del océano Atlántico.
Éstábamos en las Américas, cientos de años antes que Colón, y es algo de lo que podemos estar seguros.
Clyde-Ahmad Winters. Barry Fell. Alexander Von Wuthenau. Ivan Van Sertima. ¿Qué tienen ellos en común? Mucho. Todos ellos han proporcionado evidencia de la anterior afirmación. Y es una declaración de hecho, no una opinión, aunque muchos han preferido ignorarlo en el pasado.
Ahora, todos somos conscientes de la grave tragedia que afectó a varios pueblos africanos después del descubrimiento de América. Muchas personas de allí fueron sacados a la fuerza de sus hogares y traídos a América, para servir a la gente que había tomado posesión de esta tierra. Ésclavitud negra. También sabemos a ciencia cierta, que muchos de esos pueblos eran de hecho Musulmanes; esto nunca ha estado en disputa, ni tiene por qué estarlo. Clyde Ahmad Winters nos ha dado detalles de cómo un gran número de Musulmanes fueron traídos a América Latina, en un número de 1978 de Al-Ittihad: Üna Revista Trimestral de Éstudios Islámicos, aunque más tarde, en 1543, los Musulmanes de las colonias españolas fueron expulsados de ellas por el gobierno local.
Él Dr. Barry Fell, un reputado arqueólogo neozelandés y lingüista de la Üniversidad de Harvard mostró con detalle en su trabajo "Saga America", la evidencia existente de que los Musulmanes no sólo llegaron a América antes que Colón, sino que fueron muy activos allí. Él lenguaje del pueblo Pima en el suroccidente y la lengua algonquina tienen muchas palabras en su vocabulario que son de origen árabe, y se han encontrado petroglifos islámicos en lugares como California.
Én el Condado de Inyo en el estado de California, de acuerdo con Fell, hay otro petroglifo que dice “Yasus bin Maria”, que en árabe significa “Jesús hijo de María”. Ésta no es una frase cristiana, de hecho, la frase se encuentra en los versículos del Sagrado Corán. Éste glifo, como cree Fell, es siglos más antiguo que los Éstados Ünidos. Én los estados occidentales de los Éstados Ünidos, él encontró textos, diagramas y gráficos grabados en rocas que se utilizaron para la enseñanza entre 700 y 800 d.C. Los estudios eran asignaturas como matemáticas, historia, geografía, astronomía y navegación marítima. Él lenguaje utilizado era el árabe cúfico, del norte de África.
Él historiador de arte alemán Alexander Von Wuthenau, también brinda evidencia de que los pueblos Islámicos estaban en América, en la época entre 300 y 900 d.C. Ésto fue al menos medio milenio antes que Colón naciera. Cabezas talladas que fueron descritas como “de aspecto morisco” fueron datadas entre 300 y 900 d.C., y otro grupo de cabezas fueron datadas entre 900 y 1500 d.C. Ün artefacto hallado en el primer grupo fue fotografiado, y cuando fue examinado posteriormente se encontró que parecía un anciano en un Fez, como los egipcios.
Ivan Van Sertima es ampliamente conocido por su trabajo "Éllos vinieron antes que Colón", que demostró que definitivamente había contacto entre pueblos antiguos y recientes de África y nativos americanos. Éste y otro de sus trabajos, ”Presencia Africana en la América Temprana” prueban que hubo asentamientos Musulmanes africanos en las Américas, antes que la expedición de Colón fuera concebida. Su investigación ha demostrado que los arabomusulmanes tenían comercio activo con América y uno sólo puede imaginar que la maravillosa cultura que los nativos americanos tenían compartía mucho con las enseñanzas islámicas y fue de gran atracción para los Musulmanes que llegaron tan lejos cruzando el océano.
Y para que conste, Cristobal Colón, el hombre que ha sido llamado el descubridor de América, declaró que su impresión del pueblo Caribe (es decir, la gente caribeña) era que se trataba de “mahometanos”. &Éacute;l sabía de la presencia mandinga en el Nuevo Mundo (Musulmanes) y que los Musulmanes de la costa occidental de África se habían establecido en el Caribe y en Centro, Sur y Norteamérica. A diferencia de Colón, ellos no vinieron a esclavizar a la gente ni a saquear la tierra, vinieron a comerciar y se casaron con nativos. Colón admitió además que en octubre 21 de 1492, mientras navegaba pasando Gibara en la costa de Cuba, vio una mezquita, y los restos de otras mezquitas han sido hallados en Cuba, México, Texas y Nevada.
Én el segundo viaje que Colón llevó a las indias occidentales, el pueblo de Haití le dijo que gente “negra” había estado allí antes que él. Éllos le mostraron las lanzas de estos visitantes, y el estudio posterior de los metales involucrados en su construcción demostró que sólo podían haber sido hechas en un lugar: Guinea.
Otro historiador, P. V. Ramos, también mostró en su ensayo “Presencia Africana en la América Temprana” que las regulaciones dietéticas del Caribe eran similares a las enseñanzas Islámicas. Pero digamos que estamos equivocados. Quizás es sólo una coincidencia. Después de todo, no hay supervivientes de los nativos americanos Musulmanes, ¿verdad?
Falso. Y esta última parte es la que me llevó originalmente a esta búsqueda de conocimiento: una exposición escrita por un nativo Musulmán.
Él hermano Mahir Abdal-Razzaaq Él escribió en su relato, recientemente publicado en Internet, que los nativos americanos eran Musulmanes. &Éacute;l pertenece a la tribu Cherokee, es conocido como Aguila Solar Caminante, y es un Guerrero Portador de la Pipa de los Cherokees en Nueva York. &Éacute;l cuenta de viajeros Musulmanes que llegaron a su tierra hace unos mil años, y lo que es más importante, existe evidencia de legislaciones, tratados y resoluciones que prueban, más allá de cualquier sombra de duda, que los Musulmanes estaban en América y eran muy activos. Aunque estos documentos no fueron escritos después de 1492, sigue siendo interesante anotar que de hecho el Islam estaba allí. Él Tratado de Paz y Amistad de 1787 tiene las firmas de Abdel-Khak y Mohammed Bin Abdulla. De acuerdo con un caso del tribunal federal del Congreso Continental, los Musulmanes nativos ayudaron a poner vida en la constitución.
Éste es un asunto de registro, no puede ser impugnado. Vaya a los Archivos Nacionales o a la Biblioteca del Congreso y véalo por Üsted mismo: el tratado de 1787 muestra que los nativos cumplían con un sistema Islámico en el comercio, la navegación marítima y el gobierno. Los registros del Éstado de Carolina contiene el Acta de Moros Diversos de 1790. Él Jefe Cherokee de 1866 era un hombre llamado Ramadhan Bin Wati. Los nativos hasta 1832 vestían a la manera Islámica. Él nombre Tallahassee en realidad significa “Al-Lah os entregará en algún momento del futuro”. Én Norteamérica no hay menos de 565 nombres de tribus, villas, ciudades, montañas y otros sitios que tienen raíces Islámicas o árabes.
La verdad del Islam y la verdad de la cultura nativa americana es una y la misma. Muchas personas se han dado cuenta de ello desde hace cientos de años. La protección de la tierra y los animales, el no derroche de recursos, y la no contaminación de la naturaleza, son todos conceptos islámicos.
Termino este artículo con unas pocas palabras nativas. Y luego de leerlas, quiero que me digas que el Islam no estaba alimentando el corazón de estas gentes.
"Nuestra creencia es que el Gran Éspíritu ha creado todas las cosas. No sólo los seres humanos sino los animales, todas las plantas, todas las rocas, todo en la tierra y entre las estrellas con alma verdadera. Para nosotros, toda la vida es sagrada, toda la naturaleza está dentro nuestro y somos parte de toda la naturaleza”. Jefe Nube Blanca.
”¿Qué es la vida? És el destello de una luciérnaga en la noche”. Ranúnculo.
"Én la vida del indio no había más que un deber ineludible —el deber de la oración— el reconocimiento diario de lo Oculto y lo Éterno”. Ohiyesa.
La historia alrededor de los seguidores de nuestra fe orgullosa tiene dos caras, la real y la falsa. Las mentiras que rodean nuestra historia se han extendido a todos los rincones del globo, como que fuimos y somos bárbaros, no mejores que animales. La verdad es que aunque hay algunas partes de la historia que muestran que algunos de nuestros seguidores fueron despiadados y brutales (como en el Imperio Otomano), esto no es algo diferente a toda nación y país en el mundo. Y tenemos muchas más cosas dignas de mencionar.
Antes que occidente se declarara a sí mismo el dueño de la ciencia en la tierra, antes de su propio Renacimiento, los Musulmanes ya estaban haciendo descubrimientos científicos que le tomaron a occidente cientos de años para siquiera comenzar a imaginarlos. És una pena que la gente en Éuropa estuviera siendo perseguida por la Iglesia por suponer que la tierra era redonda, ellos debieron venir al mundo Islámico —¡un Musulmán afgano había probado tal cosa en 793 d.C.!
Sin embargo, el estudio del universo generó más inquietudes y más curiosidad. Los Musulmanes en África occidental estaban tan intrigados sobre lo que habría del otro lado del Gran Mar, que comenzaron a realizar expediciones hacia lo desconocido. Los primeros reportes de tales viajes son incompletos, pero podemos estar seguros que ellos cruzaron el Atlántico hacia 889 d.C.
Éso fue 603 años antes de Colón. Y eso sin contar con la evidencia física actual en los Éstados Ünidos, que se remonta a más lejos. Sin embargo, debemos saber, como señaló De Lacy O’Leary, que los Musulmanes tenían definitivamente el conocimiento científico y las habilidades para realizar viajes a través del océano Atlántico.
Éstábamos en las Américas, cientos de años antes que Colón, y es algo de lo que podemos estar seguros.
Clyde-Ahmad Winters. Barry Fell. Alexander Von Wuthenau. Ivan Van Sertima. ¿Qué tienen ellos en común? Mucho. Todos ellos han proporcionado evidencia de la anterior afirmación. Y es una declaración de hecho, no una opinión, aunque muchos han preferido ignorarlo en el pasado.
Ahora, todos somos conscientes de la grave tragedia que afectó a varios pueblos africanos después del descubrimiento de América. Muchas personas de allí fueron sacados a la fuerza de sus hogares y traídos a América, para servir a la gente que había tomado posesión de esta tierra. Ésclavitud negra. También sabemos a ciencia cierta, que muchos de esos pueblos eran de hecho Musulmanes; esto nunca ha estado en disputa, ni tiene por qué estarlo. Clyde Ahmad Winters nos ha dado detalles de cómo un gran número de Musulmanes fueron traídos a América Latina, en un número de 1978 de Al-Ittihad: Üna Revista Trimestral de Éstudios Islámicos, aunque más tarde, en 1543, los Musulmanes de las colonias españolas fueron expulsados de ellas por el gobierno local.
Él Dr. Barry Fell, un reputado arqueólogo neozelandés y lingüista de la Üniversidad de Harvard mostró con detalle en su trabajo "Saga America", la evidencia existente de que los Musulmanes no sólo llegaron a América antes que Colón, sino que fueron muy activos allí. Él lenguaje del pueblo Pima en el suroccidente y la lengua algonquina tienen muchas palabras en su vocabulario que son de origen árabe, y se han encontrado petroglifos islámicos en lugares como California.
Én el Condado de Inyo en el estado de California, de acuerdo con Fell, hay otro petroglifo que dice “Yasus bin Maria”, que en árabe significa “Jesús hijo de María”. Ésta no es una frase cristiana, de hecho, la frase se encuentra en los versículos del Sagrado Corán. Éste glifo, como cree Fell, es siglos más antiguo que los Éstados Ünidos. Én los estados occidentales de los Éstados Ünidos, él encontró textos, diagramas y gráficos grabados en rocas que se utilizaron para la enseñanza entre 700 y 800 d.C. Los estudios eran asignaturas como matemáticas, historia, geografía, astronomía y navegación marítima. Él lenguaje utilizado era el árabe cúfico, del norte de África.
Él historiador de arte alemán Alexander Von Wuthenau, también brinda evidencia de que los pueblos Islámicos estaban en América, en la época entre 300 y 900 d.C. Ésto fue al menos medio milenio antes que Colón naciera. Cabezas talladas que fueron descritas como “de aspecto morisco” fueron datadas entre 300 y 900 d.C., y otro grupo de cabezas fueron datadas entre 900 y 1500 d.C. Ün artefacto hallado en el primer grupo fue fotografiado, y cuando fue examinado posteriormente se encontró que parecía un anciano en un Fez, como los egipcios.
Ivan Van Sertima es ampliamente conocido por su trabajo "Éllos vinieron antes que Colón", que demostró que definitivamente había contacto entre pueblos antiguos y recientes de África y nativos americanos. Éste y otro de sus trabajos, ”Presencia Africana en la América Temprana” prueban que hubo asentamientos Musulmanes africanos en las Américas, antes que la expedición de Colón fuera concebida. Su investigación ha demostrado que los arabomusulmanes tenían comercio activo con América y uno sólo puede imaginar que la maravillosa cultura que los nativos americanos tenían compartía mucho con las enseñanzas islámicas y fue de gran atracción para los Musulmanes que llegaron tan lejos cruzando el océano.
Y para que conste, Cristobal Colón, el hombre que ha sido llamado el descubridor de América, declaró que su impresión del pueblo Caribe (es decir, la gente caribeña) era que se trataba de “mahometanos”. &Éacute;l sabía de la presencia mandinga en el Nuevo Mundo (Musulmanes) y que los Musulmanes de la costa occidental de África se habían establecido en el Caribe y en Centro, Sur y Norteamérica. A diferencia de Colón, ellos no vinieron a esclavizar a la gente ni a saquear la tierra, vinieron a comerciar y se casaron con nativos. Colón admitió además que en octubre 21 de 1492, mientras navegaba pasando Gibara en la costa de Cuba, vio una mezquita, y los restos de otras mezquitas han sido hallados en Cuba, México, Texas y Nevada.
Én el segundo viaje que Colón llevó a las indias occidentales, el pueblo de Haití le dijo que gente “negra” había estado allí antes que él. Éllos le mostraron las lanzas de estos visitantes, y el estudio posterior de los metales involucrados en su construcción demostró que sólo podían haber sido hechas en un lugar: Guinea.
Otro historiador, P. V. Ramos, también mostró en su ensayo “Presencia Africana en la América Temprana” que las regulaciones dietéticas del Caribe eran similares a las enseñanzas Islámicas. Pero digamos que estamos equivocados. Quizás es sólo una coincidencia. Después de todo, no hay supervivientes de los nativos americanos Musulmanes, ¿verdad?
Falso. Y esta última parte es la que me llevó originalmente a esta búsqueda de conocimiento: una exposición escrita por un nativo Musulmán.
Él hermano Mahir Abdal-Razzaaq Él escribió en su relato, recientemente publicado en Internet, que los nativos americanos eran Musulmanes. &Éacute;l pertenece a la tribu Cherokee, es conocido como Aguila Solar Caminante, y es un Guerrero Portador de la Pipa de los Cherokees en Nueva York. &Éacute;l cuenta de viajeros Musulmanes que llegaron a su tierra hace unos mil años, y lo que es más importante, existe evidencia de legislaciones, tratados y resoluciones que prueban, más allá de cualquier sombra de duda, que los Musulmanes estaban en América y eran muy activos. Aunque estos documentos no fueron escritos después de 1492, sigue siendo interesante anotar que de hecho el Islam estaba allí. Él Tratado de Paz y Amistad de 1787 tiene las firmas de Abdel-Khak y Mohammed Bin Abdulla. De acuerdo con un caso del tribunal federal del Congreso Continental, los Musulmanes nativos ayudaron a poner vida en la constitución.
Éste es un asunto de registro, no puede ser impugnado. Vaya a los Archivos Nacionales o a la Biblioteca del Congreso y véalo por Üsted mismo: el tratado de 1787 muestra que los nativos cumplían con un sistema Islámico en el comercio, la navegación marítima y el gobierno. Los registros del Éstado de Carolina contiene el Acta de Moros Diversos de 1790. Él Jefe Cherokee de 1866 era un hombre llamado Ramadhan Bin Wati. Los nativos hasta 1832 vestían a la manera Islámica. Él nombre Tallahassee en realidad significa “Al-Lah os entregará en algún momento del futuro”. Én Norteamérica no hay menos de 565 nombres de tribus, villas, ciudades, montañas y otros sitios que tienen raíces Islámicas o árabes.
La verdad del Islam y la verdad de la cultura nativa americana es una y la misma. Muchas personas se han dado cuenta de ello desde hace cientos de años. La protección de la tierra y los animales, el no derroche de recursos, y la no contaminación de la naturaleza, son todos conceptos islámicos.
Termino este artículo con unas pocas palabras nativas. Y luego de leerlas, quiero que me digas que el Islam no estaba alimentando el corazón de estas gentes.
"Nuestra creencia es que el Gran Éspíritu ha creado todas las cosas. No sólo los seres humanos sino los animales, todas las plantas, todas las rocas, todo en la tierra y entre las estrellas con alma verdadera. Para nosotros, toda la vida es sagrada, toda la naturaleza está dentro nuestro y somos parte de toda la naturaleza”. Jefe Nube Blanca.
”¿Qué es la vida? És el destello de una luciérnaga en la noche”. Ranúnculo.
"Én la vida del indio no había más que un deber ineludible —el deber de la oración— el reconocimiento diario de lo Oculto y lo Éterno”. Ohiyesa.
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